Lo comentaba hace unas semanas en otro apunte de este cuaderno de campo, algo que siempre me ha llamado la atención, y es como solemos humanizar personificar, objetos inanimados, o incluso conceptos. Supongo que es una necesidad innata de cada uno de nosotros para poder dirigirnos a alguien ó algo y presentarle nuestras quejas.

Hasta hace poco tenía un vecino que llevaba una pegatina en el coche, con un escueto: Drogas NO. A mi siempre me hizo mucha gracia esta pegatina, porque me imaginaba al vecino representando al Drogas como un ser peludo, feo y lleno de dientes y colmillos dispuesto a devorar tiernos infantes. De que otro modo sinó se entiende que alguien esté contra las drogas. ¿Que es estar contra las drogas? ¿contra el trafico? ¿contra el consumo? ¿contra el cultivo?… ¿Que es una droga?, el pollo asado con cerveza y patatas fritas ¿es una droga?.

Me paso varios años de investigacion en un laboratorio, un dia descubro que al hacer pasar un chorro de iones sobre una fina pantalla de fosforo esta reacciona y se autoilumina. Lo modifico, lo perfecciono y me invento un aparato al que llamo television, para que un par de años mas tarde, alguien diga que la televisión es ¿mala?. Ingenioso, sorprendente, innutil, innecesario, pero ¿mala?.

Supongo que esta opinion la tiene la misma persona que pregunta ¿a que huelen las nubes?

Pues en una vuelta mas de tuerca, en este proceso de humanizar lo inhumano, los de la Universidad de Melbourne estan desarrollando un sistema para identificacion de usuarios mediante su risa

“Buenos dias”
– ” ho ho ho …. “
“El usuario Santa Claus no está autorizado, riase convincentemente”
– ” jeje”
– “De acuerdo, defragmentacion del disco duro en marcha…
– ” juju”
“… y formateo rapido despues
– ” jujuju”
“ESTA USTED EN LA PUTA CALLE!!”
– ” juas”
“Cabron!!”