Empresariales es de esas carreras extrañas, raras. Es tan abstracto eso de estudiar administracion de empresa, que sirve para dirigir cualquier empresa menos la mas importante, la propia. Los autonomos deben ser los unicos empresarios a los se desaconseja que estudien empresariales. Cada ciclo, una cohorte entera de adolescentes con aspiraciones de convertirse en los nuevos Mario Conde, pasan a engordar las listas del INEM. Y como viene siendo norma, terminan entrando a trabajar en los entornos mas variopintos, olvidando la máxima de cualquier buen empresario ” el cliente siempre tiene la razon”.

Ayer, durante una cena, nos contaban estos dos ejemplos de como el buen empresario nace, no se hace:

Caso uno: El estudiante de empresariales con estudios de contabilidad, marketing y estadistica

Lucía fué este verano a renovar su carnet caducado de socia del camping naturista del Portus, sinembargo, el encargado de la entrada, sabiendo que ella había hecho uso de la playa teniendo el carnet caducado se negó a admitirla de nuevo.
Lucía protesta y el encargado se cierra en banda:

– bueno, pues si no me hace socia voy a pasar a la playa!
– si quiere Vd pasar por nuestras instalaciones a la playa, entonces debe pagar la entrada.
– Pero bueno!! ¿no quiere Vd hacerme socia pero sí quiere cobrarme la entrada?

Lucía acaba pasando a la playa, puesto que el derecho de paso existe, y ningun via pública (caminos a la playa incluidos) pueden ser privatizados, el encargado de las instalaciones se queda sin cobrar la entrada ni la cuota, y sin posibilidades de impedir que Lucía utilice una playa nudista pública.

Caso dos: El empresario nato, sin estudios.

Andrés y unos amigos van a Lo Campano a pillar hachis. Llegan hasta la casa del camello (trato personalizado) donde este tiene expuesto en una pizarra las diferentes mercancias a la venta así como la posibilidad de catarlas antes de comprar.
Una vez hecha la compra vuelven al coche, pero al ir a liarse un canuto, se dán cuenta de que no tienen papel. Andrés vuelve a casa del camello:

– Hola de nuevo, es que venía a ver si nos podias dar un poco de papel que no llevamos.
– Claro, toma un librillo. Pero no deberiais coger el coche, que vais muy borrachos.

El buen empresario, extralimitandose en sus funciones de vendedor, vela por la seguridad y el bienestar de sus clientes sin esperar ningun beneficio inmediato, les ofrece facilidades y les brinda un trato personal y humano, con lo que asegura su negocio.
Sobrepasa las fronteras que dictan las normas comerciales, entendiendo que, si quiere que su negocio prospere hay que tratar a la gente como vecinos, no como números en una estadistica.

Seguramente, y a pesar de todo, mañana, el ayuntamiento recalificará terrenos públicos para permitir que el camping privado siga explotando una playas públicas. Por la tarde mandará a los GEO al barrio de Lo Campano.