Las estimaciones mas optimistas calculan en 40 los años de vida que le restan a las explotaciones petrolíferas del mundo. De estas explotaciones, más de la mitad, de las llamadas super-gigantes, se encuentran en el Golfo Persico y Venezuela. Quien más interesado en controlar este grifo que el mayor consumidor mundial de crudo del mundo, Estados Unidos devora hasta el 26% de la produccion mundial, pero solo produce un 5%.

No hay que ser un lince para pronosticar que en la proxima decada vamos a asistir a una recolonización del area, a una desestabilizacion organizada, premeditada y militar, a una redistribucion de las fronteras a nuestra imagen y beneficio. Quien posea el control de los grifos de petroleo tendrá en su poder una importante fuente de ingresos, caducos sí, pero seguros. Israel ya lleva años pacificando a su manera. Kuwait ya está domado. En Iran ya empezaron las movilizaciones internas y Arabia Saudí con una monarquía feudal, envejecida y acusada de finanziar movimientos terroristas tiene una diana invisible dibujada sobre sus palacios. Irak lo están democratizando a balazos y a Venezuela mandaron al correveidile hispano Aznar, experto en variaciones del castellano para ponerlos nerviosos con su acento tejano.

Ante este panorama, las economías internacionales tienen básicamente dos opciones: Una, invertir vidas de patriotas en la compra de acciones de USA&co, el mayor cementerio fósil del mundo, o bien, convertirse en la vanguardia de las nuevas fuentes de energía renovable y limpias (lease Hidrógeno) que van mover el mundo industrial en los proximos decenios. Pero estar en esta avanzadilla cuesta dinero, invertir en I+D no es gratis y no asegura ingresos/votos a corto plazo y solo economias solventes pueden enfrentarlo. Requiere una clase empresarial emprendedora, dispuesta a arriesgar, y una clase política innovadora y valiente. Alemania y Francia parecen haber hecho ya su apuesta de futuro. España tambien. Y yo, que no soy muy aficionado a las apuestas, voy a hacer una excepción y apostar a que mi viejo 205 de gasoil, cuando muera, será reemplazado por un coche más limpio, menos contaminante, menos ruidoso y no fabricado en España.