Siempre me ha gustado el diseño de la Game Boy, su ergonomía, los colores… quizás un poco pequeña, e incomoda la pantalla retroiluminada, pero un excelente trabajo de diseño. El primer cumpleaños que pasé en Madrid, cuando trabajaba en Pyrostudios los compañeros del equipo me regalaron una amarilla, con el Tetris digno juego a la altura de tan digna maquina. Hoy la tengo en el cuarto de baño en lugar del periodico que ya no compro nada mas que de uvas a peras.

Ahora las visitas al aseo han adquirido otra dimension, mas exactamente una tercera dimensión simulada a base de pixel de colores y soniquetes genuinamente japoneses. Donde va a parar si los comparamos con esos otros mucho mas graves y organicos. Un punto para la tecnocracia.

Hace ya un tiempo descubrí que invariablemente las primeras partidas de la mañana, esas que vienen justo despues del primer café y el cigarro, las ganaba siempre ELLA (la maquina). Excepcionalmente he ganado alguna antes de las 10 AM, pero es un hecho que se ha repetido tan pocas veces que podemos igualarlo a CERO.
Puesto que la maquina siempre-siempre juega igual-igual, estaremos de acuerdo en que no gana ella, sino que pierdo yo. Yo gano ó yo pierdo, la maquina solo procesa. De tal manera, me he acostumbrado a medir mi capacidad intelectual-imaginativa haciendole visitas regulares al señor Roca. Si me gana, perdón: si pierdo, deduzco que no estoy en mi mejor momento, de tal manera que durante las proximas horas, las decisiones relativas a mi trabajo (las personales mejor no pensarlas mucho) deben ser tomadas muy poco en cuenta. Una especie de trabajar por que es la hora.
Ahora bien, si gano, la conclusión logica sería:estás en tu mejor momento, rindete, mejor no te va a quedar. Lo cual, me produce una angustia … no sé, casi que prefiero perder.

¿ otras opciones?
Si, lo paso al nivel inferior donde siempre gano, tambien llamado Euforia incontenida y hago auntenticas porquerias de trabajo con una felicidad radiante. O bien lo muevo al nivel superior donde siempre pierdo, y hundo mi ego en la más absoluta de las miserias… con lo que vuelvo a los trabajos porquería.

Por lo visto, estoy abocado hacer trabajos miserables el 90% del tiempo y el otro 10% hacer trabajos que me dejen con la duda: “… ?se habrá equivocado programandola Alexey Pajitnov ?… ¿porque no inventaría el empate? “