Quienes nunca han fumado marihuana pueden pensar que lo que se fuma es la hoja. Al fin y al cabo en todos los anuncios, camisetas, fotos, dibujos… aparece la hoja de la cannabis indica o sativa(habrá más, seguro) como el placer de porreros. Pues no. Lo rico es el cogollo, donde están las flores.
Creo que en la película de la prohibición del tabaco aún no hemos asistido a la penúltima escena: la de la “legalización” de la marihuana. Porque ¿no me digais que no se apuntaría un tanto, y bien de los gordos, que ahora (antes de verano, quicir) se sacara ZP un principio de legalización del cultivo, posesión y consumo, por muy suave que este fuera?. Yo creo que se embolsaría unos cuantos miles de votos de personas que entienden que se persiga el tabaco, el fumeque en lugares públicos, pero que saben de los beneficios y placeres que provoca, solo o aliñado.
Hablo de “legalización” cuando en realidad de lo que habría que hablar es de “despenalización”. Porque como dice Escohotado al respecto, “legalizar la marihuana es como legalizar el pan, algo sin sentido”.
Entre los muchos beneficios de la despenalización estaría el congraciarse con diferentes asociaciones de cultivadores, progresistas ellas y, sobre todo, que esto le provocaría seguramente al Acebes un colapso nervioso, y nos dejaría en paz una temporada… Oye, a lo mejor hasta le recetaba marihuana su médico.