insecto en orquídea

La biocomunicación es la comunicación que se da entre humanos y animales o plantas. Hay muchos ejemplos y experimentos al respecto. Entre los primeros encontramos a Cleve Backster, un ex-agente de la CIA especializado en polígrafos, quien hizo numerosos experimentos con plantas y escribió un libro llamado Primary Perception sobre las diferentes maneras en que las plantas responden a estímulos externos, controlados.
Los dueños de gatos y perros suelen afirmar que la mascota normalmente sabe cuando va a aparecer su dueño, y lo manifiestan con su ritual de bienvenida particular.
Tenemos también casos excepcionales como el del N’kisi Project, en el que la dueña de un loro llamado N’kisi ha memorizado y usa correctamente unas 600 palabras, pero que además se comunica telepáticamente con su loro, o más precisamente, es el loro el que lee la mente de su dueña.
Volviendo al principio, para no desparramar mucho, sí que es cierto que hay muchas cuestiones sin resolver en el maravilloso mundo que nos rodea.
Sin ir más lejos, se sabe perfectamente que hay un tipo de orquídeas que han adaptado su morfología a un tipo especial de insecto (moscas, abejas…) el cual se encarga de su polinización. ¿Cómo es esto posible si las orquídeas ni ven ni oyen y, es más, se sabe perfectamente que por mutación aleatoria sería imposible que en el tiempo vital en el que se vienen desarrollando estas especies de orquídeas dieran con tanta exactitud con el fenotipo adecuado (teniendo en cuenta que los insectos también mutan)?
La ciencia tiene aún muchas respuestas que dar. Y mientras no hagan daño, que los paracientíficos opinen, que alguno acertará, seguro.