Arroz con conejo a la murciana

Ingredientes: arroz, conejo, tomates maduros (2), pimiento rojo, perejil, ajo (opcional), azafrán (también opcional), colorante, limón, sal y agua.
Elaboración: Se fríen los ajos y el pimiento cortado a tiras en una sartén paella (a ser posible) y se apartan. Se frie el conejo y a continuación se le añade agua (este es el truco) para que la carne del conejo se quede tierna con el hervor. Después de unos 15 minutos cociendo el conejo se le añade el arroz, el tomate pelado y bastante troceado, el perejil picado, la sal, los ajos y las hebras de azafrán y el colorante alimentario disuelto en un poco de agua. La cantidad de agua se calcula a unos 3 vasos de agua por 1 de arroz (como siempre), descontando el agua que quede en la paella. Es mejor que falte agua ya que se puede añadir durante la cocción del arroz. Finalmente se colocan las tiras de pimientos cuando se ha apartado del fuego. Al servir se le añade limón al gusto (sin cortarse). Te chupas lo dedos.

Comentarios: Es un plato sencillo de hacer y muy rico ya que la sabrosa carne del conejo queda tiernísima y le da aroma a todo el caldo en el que se cuece el arroz. A quienes os gusta la carne de conejo no perdais las oportunidad de probar esta receta que es auténticamente murciana. Me la ha enseñado mi amiga Marieta, que la ha heredado directamente de su abuela, que era de la Arboleja.

Los conejos han salvado en España más vidas, llenando los pucheros y sartenes de pueblos enteros, que toda la benemérita y la Cruz Roja juntas. Tan es así que la tradición de la caza con galgo en los pueblos de España establecía que lo normal era cazar con galgos prestados, para que cualquiera pudiera comer conejo.
Cervantes, incluso, menciona en El Quijote, un conejo empanado (segunda parte, capítulo XIII). El conejo que se empanaba era el conejo albar o blanco, de raza gigante, que se abría, deshuesaba conservando la forma, se le ponía en el interior una hoja de tocino, se aderezaba con aceite, vinagre y hierbas aromáticas, y luego se envolvía en una masa dulce de harina, manteca y huevos (edición del instituto Cervantes).
En la receta que os doy, el ajo es opcional. Y no porque sea comida de villanos, como en tiempos de Cervantes, sino porque la abuela de Marieta no le echaba a su arroz con conejo. Vete tú a saber la alcurnia del plato…