Llevo semanas sin escribir por aquí. Las fiestas de Navidad y la vuelta al trabajo me han mantenido alejada del mundo bloguero.

En todo caso, espero que pasárais tan buenas fiestas como yo. Aquí me podéis ver, de vuelta a Cartagena, estupendamente acompañada (pero que conste que no firmé por el puñetero belencito) Más de la polémica, contada por Miguel, aquí.

 

Los últimos días he estado trabajando delante de un ordenador sin internet (doy fe que tal cosa existe) en la biblioteca británica (la nueva), de la que solo tengo piropos por lo ordenada, silenciosa, bien iluminada,  y por su personal tan agradable y eficaz. Por fin he cogido carrerilla con la tesis, que avanza a pasos lentos y esforzados. A ver si dura.

Tengo sin embargo muchas cosas que contar. Estoy viendo buenas películas y documentales, he leído por placer algunos libros estupendos, estoy escuchando buena música. Como veis, no hay ninguna ultra-novedad, pero algunas no podemos evitar ser algo antiguas en nuestros gustos artísticos. En mi descargo, pregunto: desde cuándo lo nuevo ha añadido calidad a la literatua, al cine o a la música??

 Esta mañana cruzar la ciudad fue un jaleo, pero da igual porque todo amaneció nevado, precioso. Es que me encanta el invierno…