Ayer en Radio Cieza, el número 2 de las listas al Congreso del PP en Murcia afirmó que Zapatero estaba negociando con ETA a 48 horas de las elecciones, y que tenía los nombres de los socialistas que estaban reunidos con ETA.
Si hubiera algo de dignidad dentro de ese partido, en sus dirigentes, deberían poner en su sitio al individuo que hace tales afirmaciones, sin dar nombres. Todo esto no pasaría de ser un episodio más de la estrategia del PP, de tratar de conseguir votos en esta Murcia tan cerril y pueblerina en la que vivimos, si no fuera porque hace unas horas ETA ha asesinado a un exconcejal socialista.
Quien no ha tenido empacho en afirmar que conoce los nombres de los socialistas que ayer estaban reunidos con ETA, hoy no pide disculpas, ni se arrepiente de lo afirmado. Tiró la piedra ayer y esconde la mano hoy. Así es la derecha española de la que este personaje ensimismado se cree estandarte.
Si yo perteneciera al PSOE iría directamente al juzgado más cercano (hoy no, el lunes, tras las elecciones) a interponer una denuncia contra ese energúmeno, porque está acusando a los socialistas de una acción ilegal: para negociar con ETA debe el congreso de los diputados aprobarlo previamente, y no es el caso. Si tiene pruebas de un delito, que las aporte donde corresponde, si no lo hace, el que delinque es él.
Es nauseabundo que vaya a salir elegido diputado por esta comunidad autónoma, pero no me extraña.