Hay un tema recurrente y facilón para meterse con cualquier gobierno que se precie: la educación.
Todo el mundo sabe de programas y técnicas educativas, aunque no las haya estudiado. Igual sucede con las políticas educativas que sostienen a éstas. Aznar sin ir más lejos acaba de soltar la última perla de bisutería barata, señalando que la causa profunda del “fracaso” del modelo educativo vigente es el “desprecio” por los principios, valores y virtudes sobre los que debe estar construido un buen sistema de enseñanza: mérito, esfuerzo, estudio, trabajo, adquisición de conocimientos, disciplina y respeto de la autoridad. ¡Qué tontería (por no decir gilipollez)! ¿Qué se ofrece él de modelo? ¿Que solo respeta a la autoridad cuando es él mismo?
Si verdad quieren mejorar la calidad de la educación que se comprometan en sus Comunidades autónomas a reducir la ratio de alumno por aula a 15, en lugar de 25 que es lo que tenemos ahora; a ampliar recursos económicos para material e infraestructuras (y no solo en la privada); y a aumentar el reciclaje del profesorado, sobre todo en cuestiones técnicas (didáctico-pedagógicas) y tecnológicas. Lo demás son ganas de marear la perdiz.
Visto el mucho predicamento que tiene Aznar entre sus correligionarios, debería pasarse por Murcia a dar esas orientaciones tan interesantes, y no las contrarias. Porque lo que se dice respeto a la autoridad, no es que por aquí le tengan mucho, y Aznar lo sabe de primera mano.