Hoy, por ayer, lunes, aprovechando la reunión de todos los lunes en el cole, he solicitado hacer una pequeña intervención para mostrar mi punto de vista sobre la huelga del miércoles, y animar a mis compañerxs a secundarla. No hay huelga en la que yo, previamente, no haya soltado mi “discursito” -como un colega ha dicho-; en esto todo el claustro es muy generoso, al menos conmigo. Algo es algo.

El claustro de mi colegio ya conoce mis puntos de vista en numerosas áreas de nuestra vida política, social, económica… por lo que esta vez quise que mi enfoque fuera más personal.

Lo que vine a decir es que la situación del pueblo español, que es quien nos paga el sueldo, está muy jodida. Que nosotros somos funcionarios, trabajadores públicos, a los que se nos ha cuestionado nuestra profesionalidad, y criticado las condiciones laborales y económicas de que gozamos, en comparación con la mayoría de nuestros conciudadanxs, además de nuestra falta de compromiso, nuestra insolidaridad. Desde este punto de vista, los 80-90 euros que perdemos por el día de huelga no son sino un peaje que hemos de pagar para solidarizarnos con la situación de quien nos paga: el pueblo. Muchas personas no pueden ni siquiera hacer huelga, pues el peligro cierto que corren es acabar de patitas en la calle. Nosotros podemos hacer huelga, y es nuestro deber, por solidaridad, hacerlo. Aludí también a que nuestra capacidad no es solo económica y laboral, sino que nuestro nivel de conocimiento de la realidad que vivimos nos hace responsables: hay personas que viven alienadas y carecen del poder de conocimiento y decisión que nosotros, profesores, tenemos.

De 22 profesores que formamos el claustro solo hemos confirmado tres que haremos huelga. Al terminar la reunión una compañera se me ha acercado y me ha dicho que posiblemente se sume a la huelga. Igual nos da alguno más la sorpresa. Eso espero.