Los cazadores me han robado una cámara de fototrampeo, una de estas pequeñas que me hacía destripando una cámara deportiva. De esto hace ya más de una semana, como hasta la fecha no he tenido noticias suyas doy la cámara por perdida. Os cuento lo ocurrido y cual va a ser mi respuesta (que espero dolorosa) y espero vuestra opinión en comentarios.

El pasado jueves 13/Julio instalé una de mis cámaras de fototrampeo en un bebedero para perdices que hay en la rambla de Perín (localización del bebedero en GoogleMaps). Es un bebedero abastecido por un depósito de agua de unos 100 litros que me gusta visitar en verano, cuando está ya todo seco no hay más agua que las fuentes de agua artificial, entonces son buenos lugares para ver y fotografiar aves. Gracias a estas instalaciones artificiales se descubren aves interesantes, como por ejemplo que en la zona crían los Escribanos soteños (Emberiza cirlus) un aves que apenas había visto antes en esa zona:

Al día siguiente, por motivos que no vienen al caso, me consta que dos cazadores en un todoterreno tipo pickup, de color gris y con el texto serigrafiado en lateral del coche de “Sociedad de Cazadores de Perin” visitaron el bebedero por la tarde para recargar el depósito de agua. La cámara no estaba ni mínimamente camuflada, simplemente apostada junto al charco a la espera de que algún pajarillo la activase. Confié (error grave presuponer buena fe a una persona cuya mayor afición es criar animales para poder matarlos) en que los cazadores la respetarían puesto que (saltaba a la vista) no era ningún “artefacto” dañíno a sus intereses o el entorno. Hasta el más analfabeto sabe hoy día reconocer una cámara deportiva y para lo que sirve.
El sábado fui a recogerla, y claro, no estaba. Ni por supuesto el trípode tipo “GorillaPod” que la sujetaba, ni los paquetes de pilas, ni el resto de cableado y electrónica.

Como sabía que la habían robado los miembros de la Sociedad de Cazadores “La Piedad” de Perín, Cartagena, me fui a su local en el local social de la AAVV de Perín el mismo sábado por la tarde a buscarlos. No había nadie de la sociedad, pero el cantinero me informó que al día siguiente había partida de caza y que muy probablemente estarían por allí durante la mañana. Así es que el domingo 16/Julio volví por la mañana. Saltaba a la vista que les había dado el recado y me estaban esperando.

Sigue leyendo…