Supongamos que tengo un cubitera con sus cinco dados, de esos de jugar al poker, y me pongo a lanzar los cinco dados, una vez y otra y otra, buscando sacar seis doses de una tacada. Es difícil que me salgan seis doses al mismo tiempo, pero no imposible.
Supongamos que dispongo además de todo el tiempo del mundo. Cuando me saliesen los seis doses de una, ¿alguien diría que es un milagro?. Evidentemente no. Si yo me dedico a lanzar los dados una vez y otra y otra, hasta el infinito puedo sacar cualquier combinación que me dé la gana, por rara o dífícil que esta sea. Ahora imagine que en vez de seis fueran varios millones los dados que lanzo. Son muchas combinaciones sí…, pero recuerde, tengo todo el tiempo del mundo.

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