Y como pequeños aprendizes de brujo jugamos a la evolución pero no tenemos bien aprendida la evolección.

Por todas partes leemos los avances en el campo de la inteligencia artificial. Esfuerzos encaminados a desarrollar sistemas artificiales que imiten el razonamiento humano, que adquieran conciencia de sí mismos. Procesadores capaces de realizar operaciones aritméticas a una velocidad de vértigo, insuperablemente idiotas. Si se le pregunta a Deep Blue por la desviación magnética de los polos terrestres es capaz de resolverlo con fria precisión en unos segundos, ahora preguntenle eso mismo a un sistema realmente inteligente:

– “.. mandéee? ¿para que quiere eso jefe?”

Eso es lo que diferencia inteligencia y conocimiento, la capacidad para discriminar lo verdaderamente necesario de lo fútil y absurdo. Un sistema será inteligente cuando al preguntarle por la raiz cuadrada de dos responda:

– “… buff! mucho!! ¿tienes fuego?”

Pero para eso es necesario una capacidad de calculo que no nos van a dar el cobre, así que ahora andan investigando con procesadores orgánicos compuestos con neuronas de sanguijuela y con robots capaces de escalar y alcanzar las mas altas cotas de la miseria, que decía Groucho. Los técnicos de TOYOTA firman el colofón del progreso tecnológico logrando que su robocito baile la macarena y suba una escalera.

Ya los bautizaron, les han puesto camaras a modo de ojos, micrófonos a modo de orejas y manos que extienden a nuestros presidentes con pleitesía. Cuando descubran que la piel metálica no se adapta a los cambios de temperatura y al agua y al sol la reemplazaran por piel sintética. Más tarde descubrirán que para aprender y mejorarse es necesario que el disco duro y la memoria RAM crezca, cambie su diseño y adapte su forma y lo reemplazaran por neuronas a base de sanguijuelas. Les implantarán dientes y mandibulas que ingieran otros organismos con los cuales alimentar el desarrollo del disco duro y el procesador. Organos internos capaces de exprimir la energía contenida en el mas insignificante organismo capturado en el más extraño ecosistemas. Y cagaran los residuos.

Descubrirán que esos organismos con el tiempo se desgastan y comienzan a fallar, y para perpetuarse en el tiempo les proveeran de métodos de reprodución, de creación de réplicas mejoradas de su raza y alcanzar de hecho la inmortalidad.

Quien sabe, quizás un dia, ese robot se mire a un espejo ingeniosamente diseñado por él mismo y se pregunte: ¿que hago aquí? ¿de donde vengo? ¿a donde voy?. Entonces, se volverá hacia los ingenieros de TOYOTA que le crearon y les confesará que está cansado de bailar la macarena, de subir escaleras y de apretar tornillos, que quiere ver mundo y disfrutar de su existencia junto a sus compañeros.