Publicado el pasado sábado en el diario Avui. Hay que reconocer, que en medio de este ambiente de rencores, insultos y chulerias belicistas, es de lejos la desbarrada más graciosa (por mucho que sus madres no tengan culpa):

Sufrimos una pandemia de militares de una muy alta graduación (posiblemente absenta) a los que no les gusta el Estatuto. O sea, que como están enfadaditos se dedican a amenazarnos con sacar los tanques a la calle. Bien, pues, o los sacan de una vez o callen (también de una vez). Y si al final creen que han de hacer lo que históricamente han hecho en otros casos, permítanme unos consejos de amigo:

Si entran en Barcelona por la Diagonal, dejen los tanques y cojan el tranvía, que estamos hablando de una ciudad sostenible. Una vez en la Diagonal verán que a mano derecha está la sede de La Caixa, ya saben, esos de la OPA que quiere matar de hambre a Ej-paña. Es evidente que merece ser asaltada. ¡Pero mucho cuidado! Si en un despacho se encuentran con una chica alta y rubia, déjenla en paz. Podría ser una hija del Rey, que trabaja en la empresa.

Si en pleno saqueo de la ciudad deciden volver a llevarse papeles, mejor que esperen que vuelvan los que ahora están llegando de Salamanca. Si se los llevan todos juntos, aprovecharán el transporte y ahorrarán un dinerito, que siempre viene bien. Recuerden que la ordenanza de civismo de Barcelona prohíbe la práctica de la prostitución en según qué supuestos. Por tanto, mejor que vengan sin sus madres.

Aviso importante: ¿Saben que el Financial Times, ese diario que afirmaba el martes que el artículo 8 de la Constitución tiene “imperfecciones”, que pedir ser una nación es un anhelo democrático y que la actitud del PP en el caso Mena “puede representar una amenaza más grande para la unidad de Ej-paña que las ambiciones autonomistas de Cataluña”? Pues ese diario no es catalán. Para bombardearlo deberían llamar a información de Gran Bretaña y pedirle su dirección.

Ah, y una cosa muy importante que me dejaba: sobre todo hagan caso al señor del Tribunal Supremo y nada más llegar apúntense a bailar sevillanas, no fuera ser el caso que acabaran aprendiendo catalán.
por Iu Forn