residuos nucleares

Si no estoy mal informado, cuando hablamos de energía nuclear estamos hablando en propiedad de fisión nuclear, que es la que permite:
1) Liberar energía (en las centrales nucleares) que se transforma en electricidad.
2) Producir bombas atómicas.
3) Permitir la fusión nuclear, que produce bombas de hidrógeno o termonucleares. Más dañinas que las atómicas.

Mi opinión al respecto aunque modesta -lega- es clara:

1) Si no existieran otras fuentes de energía alternativas habría que aceptar el riesgo posible y más o menos probable de que una central nuclear deje escapar radiaciones en cantidades mortales para las personas que viven alrededor; y la certeza de estar generando unos resíduos que tardaran miles de años en dejar de ser letales.
Pero existen otras fuentes de energía: si los gobiernos dedicaran el dinero que se gastan o han gastado (más de 3.000 millones de euros anuales) en investigar la energía nuclear a investigar las alternativas (unos 200 millones de euros); y, además, dejáramos de gastar en deshacernos de residuos nucleares (lo que es una cadena perpetua: más de 120 millones anuales que salen del recibo de la luz, solo en España y lo gordo empezará en el 2025), el progreso en energías limpias sería una realidad, lo que las convertiría realmente en una alternativa al alcance de cualquiera. Lo que está claro es que la investigación nuclear se ha convertido en un pozo sin fondo. Ya está bien que haya gobiernos en europa que se hayan dado cuenta.

2) y 3) Hay quien dice, (Javier Ortiz), y tiene parte de razón, que si no hay modo de que la paz “resulte de convicciones más elevadas, puede derivarse de un sistema de miedos mutuos, en el que nadie se atreve a hacer la guerra en serio por miedo a que el enemigo lo borre del mapa con media docena de bombazos.”
Puede ser; pero lo primero que habría que decir es que sí hay modos alternativos (siempre los hay) de conseguir la paz que sometiéndonos todos al miedo o a la paranoia colectiva, por mucho que la paz no sea posible hoy en términos absolutos, si no en función de los pasos que se dan de cara al futuro…
Lo segundo, que esa “paz”, fruto del miedo mutuo, es paz para hoy y Hiroshima-Nagasaki para mañana. Porque el miedo suele presentar tolerancia dentro de la mente humana, y conforme pasara el tiempo las amenazas habrían de transformarse en hechos: la amenaza no surtiría efecto indefinidamente. Además de que nunca podríamos saber si el resultado de dejar que un loco campe nuclearmente a sus anchas es mejor o peor a que lo hagan dos (quizá la Historia nos haga descartar la segunda hipótesis antes que la primera).
Por último, la fisión nuclear que promueve la existencia de centrales nucleares y del armamento nuclear hace que este sistema injusto siga perpetuándose. ¿Quién me dice a mi que rompiendo uno de los pilares que sostiene la economía del planeta -la investigación y compra-venta de armamento nuclear- y la filosofía de vida del mundo en el que vivimos -la violencia física se impone a la razón- no podríamos empezar a construir otro mundo?