Michirones (habas secas)

(Dedicados con todo cariño a Fernando y Encarni, que me pidieron la receta y se me olvidó dársela).
Ingredientes: medio kilo michirones (habas secas), patatas pequeñas, una cabeza de ajos, laurel, dos trozos de jamón seco, chorizo (picante o dulce), guindillas (2, 3 o 4, al gusto).

Preparación: Dejar en remojo los michirones entre 24 y 48 horas cambiando el agua dos o tres veces (el michirón se infla de agua y cuando está casi listo deja escapar una espumilla). En una olla a presión se ponen todos los ingredientes menos las patatas, se llena de agua unos 3/4 de olla. Se pone al fuego. Cuando empieza a salir el vapor se le baja un poco el fuego (del 10 al 6, por ejemplo) y se deja hirviendo una hora y media (más-menos 15 minutos, según la dureza del agua, la dureza del michirón y la potencia del fuego). A la hora y media se retira del fuego y se deja salir todo el vapor de agua hasta que se puede abrir la tapa (¡no os precipiteis que es peligroso!). Entonces se prueba de sal el caldo (hay restos de jamón más salados que otros) y se le echan las patatas (no es necesario que estén peladas, ¡pero sí lavadas!). Se cierra otra vez la olla y se pone al fuego unos 10 minutos para que se hagan las patatas. Se aparta y se deja enfriar.

Comentarios: Este plato es muy típico de Cartagena. En Murcia capital y pedanías lo preparan, pero de otro modo (ya me enteraré). Según tengo entendido, ellos utilizan habas frescas secas. Es decir, el haba fresca que no se consume y se queda seca (¡pero no tanto!) y que, por tanto, solo se pueden conseguir en la temporada. Estos michirones de la foto, sin embargo, sí se pueden conseguir durante todo el año, porque una vez secos se conservan perfectamente bien en un frasco de cristal o en una bolsa. Además, los michirones murcianos no llevan patatas y los cartageneros sí. Precisamente la patata de los michirones, acompañada de “ajo” (alioli con huevo y limón) está muy rica.
Los michirones son un plato típico de las tardes-noches de verano. Son baratos y muy alimenticios.
Los michirones cartageneros son un alimento socializante donde los haya. Está a la altura del cuscús marroquí. Porque de igual modo que no te vas a poner a hacer un cuscús para ti solo, tampoco te vas a preparar un plato de michirones. No. Te preparas una olla e invitas a los colegas o vecinos.
Dicen que las habas secas se usan de alimento para el ganado norteño. Si eso fuera cierto, en la medida que yo lo deseo, no habrían padecido tantos casos de encefalopatía espongiforme mis pobres bovinos, ni peste porcina los marranos. Seguro.
Así que, ¡comed michirones, comed!, que la proteina vegetal es más barata y más sana, y además haces amigos.