Hace cosa de 2 meses la comunidad de desarrollo y el programador de Novell, David Reveman, creador de Compiz tuvieron un desencuentro que terminó con la excisión en dos de Compiz.. El nuevo proyecto de escritorio que más estaba dando que hablar con diferencia en la comunidad Linuxera y parte del extranjero, ahora tenía un fork, un doble, a un lado quedaba Compiz y al otro aparecía Beryl.

En teoría Compiz y Beryl no se diferencian en nada, en la práctica Compiz, con una importante empresa detŕas (Novell) se mueve lentamente, mientras que Beryl, con una extensa comunidad de desarrolladores respaldandolo publica nuevas versiones y mejores cada semana, sino cada dos dias. (A pesar incluso de esta última semana el sitio de Beryl ha tenido que sufrir la caida y perdida del disco duro que albergaba el proyecto. Parece que está renaciendo).

A pesar de lo que se puede leer en muchos sitios, no creo que esta división sea negativa en sí misma, es perfectamente natural, comprensible y hasta deseable.

Basta que se junten dos personas para tener dos opiniones, y si estas opiniones estan suficientemente enfrentadas se dividen y aparecen dos movimientos, y si se suma otra persona ya tenemos tres opiniones.
¿en que se convertiría nuestro amado sistema político, la democracia, si solo contase con 2 ó 3 voces distintas?, pues probablemente en una tragicomedia con el Congreso como escenarío, para colmo con unos actores patéticos que no se saben ni el guión (no creo que haga falta poner ejemplos).

A todos nos gusta alardear de un comportamiento exquisitamente democrático, que chorrea tolerancia, libertad, igualdad y fraternidad, pero a la hora de la verdad, nos echamos las manos a la cabeza si Compiz se divide en dos, y en lugar de entender el parlamento como lugar de pactos y discusión, de política, aspiramos a convertirlo en un simple vocero del gobierno de turno y al rodillo.

En Linux, como en la democracia, la fuerza reside en la pluralidad y en la diversidad de ideas y esta se representan en el Parlamento, de otro modo esto se convierte en una aristocrácia, es decir el gobierno de los que tienen posibilidades económicas, lease Micro$oft.

Lo que cuento de Beryl/Compiz es extrapolable a nuestra política nacional, vean sino la que se ha organizado con la aparición de Ciutadans en Cataluña. A derecha e izquierda se echan las manos a la cabeza, y ambos dicen lo mismo:

– “Es que divide y resta fuerzas. Lo que Linux necesita es que la comunidad se una y trabaje junta en los mejores proyectos“.
– “Vale ¿y que proyectos desechamos y cuales continuamos?”
– “Continuamos el mio, por supuesto
– “Perdone, pero si el PSOE/Compiz tiene un futuro incierto es culpa unicamente del PSOE/Compiz, que no supo escuchar lo que la comunidad le estaba reclamando