Al Partido Popular de Rajoy vamos a tener que empezar a llamarlo “el Pupas”. Y si no, al tiempo…
Cuando yo era pequeño siempre había un “pupas” en la pandilla. O bien era el que siempre se estaba quejando de sus accidentes y lesiones, o bien era el que, sin quejarse, siempre estaba en el suelo, lisiado. Mariano Rajoy resume en su persona y en su partido todas las características de los dos.
Cuando no quiere llevarse un trompazo, se lo lleva, y lo padece en silencio. Recuerden si no los “hilillos de plastilina” famosos o, mejor aún, el corto vuelo en helicoptero (de dentro a fuera de la plaza de toros madrileña).
Luego están las otras circunstancias que hacen del PP de Rajoy un “pupas”: cuando se empeñan (ellos y sus medios, que no le faltan) en hacernos creer lo demócratas que ellos son y lo mal que los tratan los demás, que no los dejan expresarse en público, y los abuchean y les intentan pegar… Pues que manden cartas…
Pero mira como antes no tuvieron reparos en generar odio, en movilizar a sus huestes en contra de determinados derechos (opción sexual, aborto…) o contra determinadas regiones (Euskadi, Cataluña…). Y qué decir de la guerra de Irak, en la que nos metieron… De eso ahora no dicen nada. Pero eso sí, a las primeras de cambio, te muestran el codo diciendo: “nene, pupa”. Vergüenza les tendría que dar si tuvieran.
Ahora esos supuestos problemas que fueron su estandarte durante cuatro años, que dividían España y la hacían naufragar, generando desigualdades e injusticias (sic), se han diluído. Resulta que ahora ni hay problemas de agua con Aragón, ni Navarra va a saltar en pedazos. Ahora lo que pasa es que falta dinero en los bolsillos del contribuyente, y Rajoy y su escudero vienen voluntariosos a llenárnoslos.
Yo pensaba que el eslogan de la campaña ocultaba algo. Pronto nos enteramos de que ni siquiera es un eslogan original, que viene ya reciclado. La verdad es que esto dice mucho y bien del equipo electoral de Rajoy, que se convierte por méritos propios en el más ecologista: si son capaces de reciclar y reutilizar eslóganes usados por partidos ultraderechistas latinoamericanos, qué no serán capaces de hacer con plástico, vidrio y cartón…
Pero resulta que no era solo eso. Ahora podemos ver claramente que no reivindican cabeza y corazón, si no coraza y cabezón. ¿Coraza para qué? Lo han dicho por activa y por pasiva durante estos cuatro años. Coraza para que los buenos españoles estén libres de ataques de todo lo que les rodea: homosexuales, camareros, marroquíes…
¿Y cabezón? Podría hacer el chiste fácil de decir: “pues mire ud la foto”, pero no. Que en mi familia tenemos todos un buen “ático” arriba del cuello… pero bien amueblao, aunque esté feo que yo lo diga. Rajoy es cabezón porque se empeña en sostenella y no enmedalla. Y que eso le pase a un gallego, que tendría que tener la lección aprendida antes que nadie… Porque fíjense ustedes los líderes que Galicia nos ha dado en nuestra historia reciente: Franco, Fraga… y ahora Frajoy. En lugar de quitarse de enmedio a las Esperanzas Aguirres y poner en su lugar Rosas Díez cualquiera, se empeña en lo contrario, y se quita a Gallardón en lugar de fichar a Bono, con la de aplausos que se llevaría dentro del PP y del PSOE.
Si es que así no se puede, Mariano. Quien no te conozca que te compre.