Como comentaba el otro día he actualizado el ordenador (que funciona como servidor web de este dominio) hace unos dias a openSuse 11.2. Mi intención era aguantar mucho más tiempo en openSuse 10.3, pero desde hace un tiempo me resultaba imposible probar las últimas versiones de algunos de los programas que más utilizo habitualmente (Blender, Gimp, Digikam), asi es que ¿para que alargar más la agonia?

Actualización del servidor

La actualización del servidor GNU/Linux propiamente dicho (kernel, apache, php, mysql, ssh, etc…) ha sido perfecta. No hizo falta practicamente corregir nada. Ha bastado con tostar el DVD, reiniciar y seleccionar “Actualizar sistema instalado“. Al primer arranque ya funcionaba todo tal y como lo hacía en la versión anterior. Claro que (imagino) para que esto funcione así, los archivos de configuración no son los que vienen por defecto, de tal manera de que es indiferente de que estos se sobreescriban con la versión recientemente instalada (de hecho, los archivos de configuración más importantes del sistema no están ubicado siquiera en la misma partición).

Actualización del escritorio

Los cambios en el sistema de escritorio son mucho más visibles y relevantes. La primera impresion: muy buena, excelente. En openSuse se está haciendo un trabajo excelente en la usabilidad, funcionalidad y aspecto gráfico del escritorio KDE.
Teniendo en cuenta que mi experiencia anterior con versiones beta de KDE4 era entre mala-muy mala, hay que reconocer que están consiguiendo redefinir muy acertadamente algunos conceptos/funciones del escritorio.
En el siguiente vídeo un vistazo rápido a KDE4.3 y algunos de sus programas.

Por supuesto hay algunos aspectos que no comparto y que me parecen desacertados en el desarrollo de KDE.

A favor

En general se está haciendo un gran esfuerzo en conseguir un sistema GNU/Linux accesible al gran público. Desarrollando entornos gráficos muy claros, bien explicados y que no requieren más conocimientos que saber leer para instalarlos.
El DVD de instalación funciona perfectamente. Permite la selección de los programas a instalar, el escritorio por defecto, las particiones, etc.. pero solo si es esa nuestra intención: si no se especifica openSuse hace una instalación “genérica” sin hacer preguntas incomodas para un novato y que incluye todo lo necesario para funcionar.
KDE4 es un gran escritorio, es sólido e intuitivo. A pesar de dar acceso a multitud de configuraciones y parámetros es muy funcional y amigable. Las configuraciones están bien repartidas y son comodamente accesibles a través de menues muy claros.
El aspecto visual es impresionante y muy bien acabado. Algunas funcionalidades nuevas (como reunir en un solo applet de la bandeja del sistema todos las barras de progreso y avisos del sistema) son una decisión excelente.

En contra

… también llamado Mal del programador metido a diseñador: El gran problema que para mi gusto a tenido siempre KDE (sobretodo comparado con Gnome) era su intento de dar acceso a cientos de parámetros/opciones en una sola pantalla, lo que provocaba menues de configuración farragosos, incomprensibles, mal diseñados y abrumadores.
Al intentar minimizar la necesidad de editar un archivo de configuración, por hacerlo más fácil, lo que se conseguía eran pantallas con una cantidad tal de información que resulta casi impracticable. Hoy por hoy, el ejemplo por antonomasia de esta política está representado por Amarok.
Lo que hace un par de versiones era un completo reproductor de audio, hoy se ha convertido en algo imcomprensible, donde hace falta un manual de instrucciones para poder escuchar un mp3. Donde antes bastaba con arrastrar un mp3 sobre la pantalla para escucharlo hoy aparecen hasta 8 acciones para ejecutar sobre el elemento (reproducir, añadir a la cola, mostrar portada, cambiar etiquetas, cambiar portada, etc,etc,etc). La apoteosis de semejante desproposito es su sistema de reproducción de música al azar: directamente, yo soy incapaz de entenderlo.

Un ejemplo: recien instalado KDE4 y Amarok 2.2, cada vez que trataba de reproducir una carpeta de mp3, la lista de reproduccion saltaba de un tema a otro sin que sonar ninguno. Al llegar al décimo tema se paraba y mostraba un “Demasiados errores, se detiene la reproducción“. Y así varias veces. Cuando arrastraba una lista de temas podía hacer de todo con ellos, menos escucharlos.
Después de muchas vueltas, inicio Amarok desde consola con la opción –debug, … y en medio de una larga lista de datos de debug me fijo en uno que dice algo como “Parece que no tiene instalado Gstreamer-plugins-good“: es decir, faltaba el plugins para escuchar mp3s.
Manda huevos, que pueda hacer de todo con los archivos de música, pero ninguna opción me diga que falta el componente que permite escucharlos.. y que tenga que iniciar amarok –debug para descubrirlo.

Y otras aplicaciones van camino de lo mismo. Digikam, el gestor de álbumes fotográficos, permite ordenar y organizar las fotografías con tal cantidad de opciones y posibilidades que resulta caótico. Hay miles de opciones idénticas para ordenar las fotos, miles de opciones para realizar búsquedas, para publicar en web, para cambiar nombre, para reescalar una imagen, cientos de solapas, botones y menues por todos lados, filtros de búsqueda, exportación, importación, pasarelas a otros programas, etc, etc, etc…

Ya lo comenté en su momento, pero no me gusta la separación entre Dolphin (explorador de archivos) y Konqueror (navegador). Si además tenemos en cuenta que openSuse ha apostado por Firefox (mejorando muy notablemente su integración, todo sea dicho) como navegador por defecto del sistema, la puntilla a Konqueror puede ser mucho más que importante.