De todas las cámaras que pusimos en el campo tenía especial interés en la instalada junto al comedero para pájaros. No voy a decir que está siendo un fracaso en cuanto a visitas, pero desde luego me tiene muy sorprendido el casi nulo interés que muestran las aves silvestres por este “plato de comida”. Y especialmente llamativo teniendo en cuenta que a pocos metros se encuentra el charco-bebedero que también hice para la ocasión, que cuenta también con su propia cámara y que mantiene un bullicio impresionante de aves a todas horas. Dá la impresión de que cuando un pájaro se acerca a beber, se acerca a beber, y nada más… ya puedes ponerle delante el más suculento de los manjares que solo quiere agua. Se diría que no pasan hambre por estas latitudes. El agua es otra historia.

El bebedero ha sido un éxito desde el primer momento. Horas después de llenarlo de agua (finales de Septiembre) ya estaba lleno de pájaros y tan es sorprendente la cantidad de aves que se llegan a juntar como la variedad, algunas de las cuales (como el escribano soteño ) ignoraba que se dieran por la zona y otras en las que ignoraba la querencia que tienen por el agua (mosquiteros y bisbitas se pasan las tardes enteras bañandose).

La lista de especies es bastante interesante, algunos incluso en cantidades industriales: Currucas capirotada y cabecinegra, carbonero común, bisbita y mosquitero común, petirrojo, colirrojo, tarabilla común, lavanderas blanca y boyera, verderones, verdecillos, pardillos comunes, mirlo y zorzal charlo, alcaudón real, pito real, estorninos negro y pinto, gorriones y hasta un bando de cotorras se ha acercado en alguna ocasión. A los que habría sumar una pareja de mochuelos que cada noche toma el comedero como posadero.

Mientras tanto aquí, en el comedero de casa me tendré que seguir conformando con unas decenas de gorriones, media docena de estorninos negros, un colirrojo, un petirrojo, cuatro verderones y una pareja de lavanderas. Aunque para alegrar un poco el ambiente hace cosa de un mes descubrimos en uno de los maceteros del patio un pequeño ratón casero recién aterrizado (juraría que llegó allí cayendo desde la tejas, ya que la escalada al macetero está muy complicada). A los 15 minutos de descubrirlo ya tenía la mesa de pipas puesta y una cámara de vigilancia con infrarrojos que no le quita ojo.

El mismo día que lo descubrimos hizo su madriguera debajo de un pequeño helecho arborescente, y ahí sigue. Su “area de campeo” se limita a aprox. 1 metro cuadrado, ¿para que más?, a 50 ctms de su madriguera tiene un nidal donde no le falta comida. Juraría que está mas gordo. Bastante más.