Probablente sean de las plantas más fotogénicas que tengamos por el sureste ibérico. No hay catálogo ó folleto de divulgación turística ó medio ambiental que no incluya alguna fotografía en la que aparezcan las Alzavaras, Pitas ó Ágaves (Agave americana) ¿quiere usted dar a conocer su soleado y cálido entorno rústico? Incluya una Alzavara en su tríptico.
Irónicamente se trata de una especie alóctona, introducida, muy invasora y en la que la floración no es sino el avance de su muerte.

     
  Alzavaras al anochecer  
  Alzavaras al anochecer  

Cada pie de Agave produce una sola inflorescencia, un tallo que puede llegar a medir 10 mts de altura. A continuación muere. El problema es que el hueco que deja la planta seca es rápidamente aprovechado por las plantas de su alrededor de cuyas raices emergen nuevas plantas. En terrenos sueltos, cálidos y cercanos al mar como en los arenales del PN San Pedro del Pinatar ó Cabo de Gata esto puede convetir un área de dunas en un auténtica alfombra de pequeñas pitas que acaban axfisiando y aniquilando a la vegetación autóctona.

     
  Tarde de tormenta  
  Tarde de tormenta  

Pero ya llevan mucho tiempo entre nosotros. Las primeros “Aloes amercianos” fueron traidos del Nuevo Mundo en tiempo de Cristabal Colon y el primer ejemplar en florecer en Europa lo hizo en el botánico de Pisa en 1583. Aunque su tallo floral seco no esté compuesto de lo llamariamos madera, sino más bien un manojo de tejido fibroso, su abundancia y poco peso ha favorecido que sea muy usado por todo nuestros sureste para la construcción de tejados de cobertizos para animales y otras “obras menores“.