El curso pasado promoví, como maestro con la especialidad de Inglés, la inscripción y participación del centro escolar en el que trabajo en el proyecto denominado “Bilingüe”. El “Proyecto Bilingüe” pretende mejorar la enseñanza-aprendizaje de la lengua extranjera predominante, el inglés, en los colegios públicos murcianos. La Región de Murcia ha sido pionera en materia de bilingüismo. Ha sido, sin ir más lejos, de las primeras comunidades autónomas que introdujo el inglés en edades tempranas (quicir, etapa de Educación Infantil, ciclo de 3 a 6 años). El año pasado fue el primer curso en que comenzaba el susodicho proyecto, pero el Claustro del centro no lo votó a favor. Este año, promovido desde el Equipo directivo sí ha salido aprobado y en breve nos enteraremos si nuestro colegio forma o no parte de ese proyecto. Si es así, el curso que viene comenzará a implantarse en el primer curso de Primaria. El siguiente curso en primero y segundo curso, y así sucesivamente.
Esto supondrá algunos cambios:
– El número de horas lectivas en inglés aumenta un poco: darán en inglés Lengua Extranjera, como hasta ahora, y la asignatura de Conocimiento del Medio (el 40 % del horario lectivo será por tanto en inglés). Estas horas que en un curso no suponen gran aumento, a lo largo de la etapa ganan en importancia.
Este punto ha generado controversia en gran parte del profesorado: ¿cómo van a aprender palabras, conceptos, en inglés que desconocen en su lengua materna?
Es una controversia similar a la que se desató cuando se introdujo el inglés en la etapa de Infantil: ¿cómo van a aprender a hablar inglés, si no saben hablar español?
Olvidan los que se oponen a la introducción de la lengua extranjera en edades tempranas algunas consideraciones importantes:
1) Las competencias comunicativas (y dentro de ellas las lingüísticas) son habilidades mentales que se desarrollan gracias al estímulo externo: a más estímulo, más desarrollo. Es decir, que o bien ellas, las personas que se oponen, demuestran que el estímulo que los profesores de idiomas brindamos a los alumnos/as es perjudicial (cualitativa o cuantitativamente, que podría ser, a qué negarlo), o no tiene sentido su crítica. Otra cosa es que ellas consideren que es mejor desarrollar -por ejemplo- la competencia religiosa (si es que eso existe) y dedicar, por tanto, más tiempo semanal a su desarrollo. Desde este punto de vista si se puede entender la crítica.
2) Por ser una materia bastante coherente en sí misma desde el punto de vista de su estructura, su introducción temprana presenta la ventaja difícilmente discutible de su adquisición natural. Esto quiere decir que los mismos mecanismos que los niños/as utilizan en el aprendizaje en su lengua materna están dispuestos, activos, para adquirir la segunda lengua. Lo mismo da que hablemos de inglés en Infantil que del “bilingüismo” en Primaria.
3) Los alumnos/as más pequeños aceptan como algo normal que en clase se utilice un idioma diferente del materno, con lo que el rechazo emocional que puede llegar a producir, y produce, el aprendizaje de un idioma diferente en niños mayores por su “falsedad” lo evitamos fácilmente. En el proyecto bilingüe esto será si cabe más fácil, puesto que contaremos -en teoría- con la figura del “nativo inglés” que facilitará mucho la recreación de contextos lingüísticos reales.
4) Conceptos que pertenecen exclusivamente al área de Conocimiento del Medio (en Primaria) son fáciles de enseñar en otras áreas. No solo por pertenecer, la mayoría, a aspectos de la cultura local (y regional) que se supone al alcance de cualquiera, o por ser -en Primaria- conceptos sencillos y recurrentes que pueden ser explicados y utilizados en Lengua Castellana y Matemáticas, sin necesidad de lastrar peligrosamente futuros aprendizajes en la materia, si no porque la inmensa mayoría de los conceptos de cierta enjundia pertenecen a la cultura general (estamos hablando de Geografía, Ciencias Naturales, etc). Lo importante no es tanto la palabra, si no lo que representa.