Vayan preparando el cuerpo para los próximos cuatro años. Para situarse en lo referente a investigación y ciencia este resumen del modo de funcionamiento del CIPF (Centro de Investigación Principe F) de Valencia me temo que sea algo así como un trailer de la película.
El CIPF es un centro que aspiraba (y supongo que lo sigue haciendo) a convertirse en vanguardia a nivel nacional en cuanto a investigación médica/científica pero, irónicamente, se hizo famoso por sus EREs a trabajadores, por el despilfarro en instalaciones, por sus trabajadores los que contratan becarios a cuenta de los premios recibidos y por que son sus directores los que, con sus pluriempleos, impiden que el centro se puede presentar a concursos.
Este resumen de Miguel Espinosa en su cuenta de Google+ resume perfectamente espíritu emprendedor de nuestros liberales del PP.

Hace seis años la Generalitat Valenciana gastó 60 millones de euros (aportados por Bruselas) en construir el edificio del CIPF, que había de ser uno de los centros de referencia en medicina regenerativa. Para gestionarlo (http://goo.gl/PnxBH) se nombró a Rubén Moreno, yerno de la familia Lladró que había estado imputado (http://goo.gl/XHPmN) por tráfico de influencias.

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