Desde hace unos años conviven en las aulas de los colegios e institutos dos modos, o modelos, de entender la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras (hablamos de “enseñanza-aprendizaje” y no solo de “enseñanza” para recalcar el aspecto recíproco, retroalimentador y multipolar, del proceso educativo). Uno es el tradicional, de gramática-traducción. Este método tenía sentido hace 2.000 años, cuando se hacía necesario aprender un idioma extranjero para relacionarse “por escrito” con él. Las posibilidades reales de utilizar oralmente el idioma eran muy escasas, pues la distancia, los medios de comunicación y de transporte, además de los problemas políticos, impedían en gran medida el acercamiento “cara a cara” de personas de culturas e idiomas diferentes. Pero existía el comercio y el intercambio cultural del legado literario y de conocimientos científicos, que era necesario conocer y transmitir.
Hoy día esta realidad ha cambiado fuera de las aulas, Sigue leyendo…