Dos semanas después de que el Gobierno de Rajoy anunciara la amnistía fiscal para las grandes fortunas defraudadoras en España, el Gobierno argentino anuncia la expropiación de la filial argentina de Repsol (YPF). Desde este mismo momento dejo de ser español y me considero ciudadano argentino.

Hay que ser boludo para anunciar y aprobar una amnistía fiscal a los que no han pagado a Hacienda lo que debían, y hacerlo, además, a través de un decreto que podría ser inconstitucional (el PSOE ha encargado un informe jurídico al respecto). Estaríamos hablando de saltarnos la propia ley de leyes para favorecer a individuos que se han lucrado en España saltándose a su vez la ley, y se han beneficiado de las ventajas que da este país a las grandes empresas. Pero que no han querido, ni se les ha obligado, a pagar lo que debían. Ahora Rajoy y los suyos los invitan a que vengan como hijos pródigos a traer el dinero “que tanta falta nos hace” (sic). Supongo que habrá que creer que vienen a devolver ahora, por las buenas, el dinero que no quisieron apoquinar por las malas, y que no van a volver a hacer negocios fraudulentos con el sudor de lxs trabajadores españoles… De igual modo habrá que creer que ahora sí que van a pagar todo lo que Hacienda les pida. Por si fuera poco, el portavoz del PP presenta este atraco de manera coactiva, diciendo que o se aprueba el decreto del 10% o suben el IVA.

Por otro lado, me parece chévere que nuestro gobierno argentino haya anunciado y aprobado la expropiación de una filial de Repsol (del 51 % de sus acciones y mediante un Decreto Nacional de Urgencia), por ser una de las empresas multinacionales españolas que obtienen mayores beneficios: rondan los 3.000 millones de euros netos al año, reconocidos por la propia empresa.

El gobierno argentino ha anunciado que está dispuesto a compensar a Repsol por la expropiación, pero no a cualquier precio. No solo porque los beneficios que Repsol ha obtenido de materias primas argentinas han sido espectaculares, sino porque parece bastante claro que han ocultado información de esos beneficios, como ha dicho el viceministro de economía, Axel Kicillov, y porque también han ocasionado daños al medio ambiente que habrán de ser reparados. Y, bueno ché, también me gusta porque el mismo concepto de multinacional no me simpatiza.

Si yo fuera del partido de Cristina Fernández le diría que como gesto de hermandad hacia el pueblo español, con parte del dinero obtenido de la expropiación pagaran una inspección de hacienda en España. O al menos una corrida de toros, que veo que les mola a los del PP y aledaños y eso les restituiría el orgullo perdido. Seguro.