O sea, que el ministro que privatizó Telefónica ahora va a cobrar una pastaca de esa misma empresa… Da empacho nada más que de imaginarlo.

Si mañana nos enteramos de que Telefónica tiene también en nómina a primos, hermanos o cuñados de Rato, y que la empresa los ha fichado después de ser privatizada, ¿a quién le podría extrañar?

Rato debería haberse negado a aceptar ese empleo. Sigue leyendo…