Ya hace un tiempo que vengo colgando algunos de los vídeos que capturando con mi nueva trailcam LTL Acorn 5210 (cámara de fototrampeo).
Las trailcam o cámaras de fototrampeo es un cacharro electrónico que se está popularizando mucho en los últimos años, gracias básicamente al abaratamiento de los componentes electrónicos y a la producción masiva procedente de China. Actualmente es posible comprar cámaras de fototrampeo en España por menos de 125 €. El modelo que yo estoy usando es algo más caro porque dispone de un módulo telefónico que permite enviar mensajes MMS/emails con una imagen de la captura realizada.
Ya incluso se organizan concursos de fototrampeo y se utilizan cada vez más habitualmente para confirmar la presencia de especies vulnerables difíciles de ver por otros métodos (como las nutrias en el rio Segura cerca de núcleos urbanos).

La cámara es una pequeña virguería electrónica (tamaño cuartilla, medio A4) de manejo muy sencillo y capaz de permanecer detectando y grabando fotos/vídeos hasta 6 meses con 8 pilas AA. Hace unos meses cuando estuvimos en Somiedo, Jesús ya me puso los dientes largos cuando nos invitó a acompañarle a recoger la tarjeta de su cámara instalada en un remoto rincón del parque. Sube a recoger la tarjeta SD cada 2 meses, cambia las pilas si es necesario y se baja a casa las grabaciones de vídeos con lobos, osos, venados, cazadores furtivos y otras alimañas.
El día que lo acompañamos a recoger la susodicha cámara nos llevó hasta ella invitándonos retándonos previamente a tratar de descubrir la ubicación de la cámara. Llegamos al lugar y nos situó a sólo 3 metros de la cámara, y por más vueltas que dábamos a nuestro alrededor eramos incapaces Merche y yo de descubrirla. Aparte de que el camuflaje era muy bueno, me consta que también lo hizo para tranquilizarse. Cuando instalas y dejas la cámara en monte, el miedo a perderla porque cualquiera que pase la descubra y decida llevársela a su casa es más que comprensible.

Ahora bien, sin desmerecer el esmerado camuflaje que este amigo había conseguido para su cámara, en Somiedo, con bosques y árboles repletos de líquenes, helechos y musgos hacer invisible estas cámaras es notablemente más fácil que en nuestros “bosques”, es más, diría incluso que el camuflaje original que trae la cámara consistente en el clásico moteado verde-militar resulta muy contraproducente y visible desde bien lejos en unos ecosistemas áridos predominantemente pajizos, ocres y amarillos. Así que desde que tengo la cámara llevo testeando modos y maneras de camuflarla de modo convincente,… y creo que ya he encontrado el método, es barato, eficaz, cómodo, reversible y sobre muy configurable. Solo necesitas una impresora a color.

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