viernes, 23 de junio de 2017

En muchas ocasiones las cámaras de fototrampeo no graban nada, o mejor dicho, no llegamos a saber QUÉ activo la grabación. Durante horas de sol es fácil que sea un destello en una piedra, viento que mueve la vegetación (o incluso el soporte de la propia cámara)… pero de noche es muy raro que fallen. Si hay una grabacion nocturna algo la ha provocado. Si ese algo no es evidente hay que examinar visualmente la imagen con detenimiento y si aún así no somos capaces de descubrirlo, antes de tirar la grabación de vídeo a la papelera es buena idea analizar la pista de audio, para eso Audacity es ideal. Es un software gratuito y opensource, de gran calidad y disponible para todos los sistemas operativos (Windows, GNU/Linux y MAC).

No hace falta ni extraer la pista de audio, simplemente arrastra el vídeo sobre Audacity y él se encargará de extraerla y mostraros en un segundo la gráfica correspondiente a onda de sonido.
Pero incluso así todavía puede resultar poco clara, fijaos en la siguiente captura de pantalla la diferencia entre visualizar la misma pista de audio en forma de onda (arriba) o en forma de spectrograma (abajo), en la segunda nos delata perfectamente los PIIDOS de un Autillo (Otus scops) sobre el ruido de fondo del viento, algo casi innapreciable en la gráfica de arriba.
El autillo no salía en el vídeo, pero debía estar posado junto a la cámara porque aún con el fuerte viento se le oye razonablemente bien.

Para cambiar en modo de visualización, después de cargar la pista de audio cliquead sobre la flechita que aparece junto al nombre (en la imagen, justo encima de donde pone “Mono 11025Hz“), y en el menú desplegable seleccionad “Spectrogram“.
Analizando la pista de audio es muy complicado adivinar la especie, a no ser como en este caso que sus voces sean muy fáciles de identificar. Lo normal es que oigamos pasos en la vegetación, ramas que se rompen, narices olfateando el aire… no es gran cosa, pero puede dar pistas, un ratón por ejemplo nunca va a romper una rama a su paso.

El audio que tenéis debajo y que corresponde con la imagen de arriba en Audacity se identifica perfectamente a un autillo, y casi diría que un joven reclamando comida.

jueves, 2 de febrero de 2017 (Hace 77 dias)

El otro día instalando una de las cámara de fototrampeo alcancé una cifra redonda: 100 ubicaciones, 100 posiciones de cámara en el monte a la búsqueda de una fauna que hace tan sólo dos y pico era poco menos que invisible. Sí, las trailcam han sido realmente todo un descubrimiento, un verdadero renacer de la adolescencia naturalista y una ayuda fundamental para aproximarme y fotografiar especies animales normalmente muy esquivas difíciles de ver. Todavía hoy a cada nueva instalación de cámara y a cada visita siempre le precede un momento de intriga y de sorpresa ¿que saldrá por aquí? ¿habrá vuelto el ….?

Casi todas las instalacionesCasi todas las instalaciones

Actualmente mis objetivos con las trailcam son dos: recopilar toda la información y datos posibles sobre las poblaciones de mamíferos (carnívoros principalmente, pero no sólo) de mi zona (la Sierra de la Muela y Cabo Tiñoso), sus áreas de campeo, rutas, costumbres, etc.. y localizar y conocerlos suficientemente bien como para poder acercarme a ellos al modo clásico, con la Nikon.

El caso es que desde mis primeras grabaciones y después de innumerables meteduras de pata he afina mi método de trabajo, corrigiendo errores y sobretodo desarrollando unas pautas que eliminen los muy frustrantes momentos de “¿Activé la cámara?” “Error: no hay tarjeta SDCARD“, Pilas agotadas 15 minutos después de irme, etc…
Comento a continuación algunos detalles/ideas que suelo tener en cuenta a la hora de elegir el lugar, instalar las cámaras, recoger, clasificar fotos, etc… Obviamente nunca hay una sola manera de hacer las cosas, depende del entorno, de las particularidades de nuestra/s cámara/s, de cuales son nuestros intereses, etc… asi es que tómese esto como una lluvia de ideas y que a partir de aquí cada cual coja la idea que mejor le encaje a sus intereses o necesidades, o no.

NotaEste apunte vino motivado por una infografía publicada en Jara y Sedal con consejos para la instalación de la cámara de trampeo que me llamó profundamente la atención por simpleza y obviedad extrema: ¿realmente alguien necesita que le recomienden instalar la cámara enfocando hacia donde va a estar el animal?.

Identificar las cámaras

Cada una de mis cámaras (6 actualmente) les asigno en el momento de la instalación un nombre único del tipo: número+letra+letra, ejem:86CA. Posteriormente esta etiqueta pasa se adosa a las imágenes producidas por la cámara como una etiqueta EXIF.

Camara100AACamara100AA

El primer número indica número de orden en el total de las ubicaciones de cámara, empiezo en el 1 y acabo de llegar al 100. Con únicamente este número puedo localizar la ubicación donde estuvo instalada la cámara. Sigue leyendo…

miércoles, 26 de octubre de 2016

Por fin a llegado mi autorización para fototrampear en La Muela/Cabo Tiñoso (antes de que alguno se adelante: no necesariamente se actúa de forma ilegal sin esta autorización).
Efectivamente, dentro de un espacio natural protegido como puede serlo La Muela/Cabo Tiñoso es necesario tener autorización para fotografiar a su fauna. Si además son especies protegidas también hace falta fuera de los espacios naturales específicamente protegidos.
Mucha gente se extraña por el hecho de que para una actividad como el fototrampeo, tan ridículamente perjudicial para el medio, la fauna u otras personas, en la que ni siquiera el autor está presente físicamente en el monte y la que ni siquiera el animal llega a enterarse de que está siendo fotografiado. Máxime cuando a escasos metros de donde estamos fototrampeando a una especie hay instalaciones para cebar a fauna salvaje con objeto de matarlas.

Pero es así. Por eso, si algún día os pillan dándole de comer a las perdices para hacerles fotos lo mejor que podéis hacer al ser descubiertos es disimular y matarlas a golpes con la cámara. Ponerles de comer para hacerles fotos es ilegal, pero poner comederos/bebederos para matarlas está socialmente bien visto: “Nada, agente! no se preocupe!! aquí, deformando perdices con el gran angular!! No se preocupe, todo legal!!

Bromas aparte, como me consta que hay más de uno interesado en solicitar esta autorización os enlazo el documento PDF que he usado para realizar la solicitud y algunos campos a rellenar para evitar devoluciones/fallos desfavorables.

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jueves, 1 de abril de 2021 (Hace más de 2 semanas)

Obviamente cuando te dedicas a hacer fotografía y fototrampeo de fauna y parte de esta actividad se basa en abandonar dejar el equipo en el monte con un mecanismo electrónico que hace las fotos por tí, la posibilidad de encontrarte con algún amigo de ajeno se contempla entre las primeras opciones de la lista de peligros.
Comentaba el otro día con un amigo este tema sobre como evitarlo reducirlo y estuve recordando algunos de los robos, intentos y no-intentos que llevo durante estos últimos años. Como os podéis imaginar llevo ya unos cuantos robos, algunos bastante rocambolescos otros incluso divertidos y en general el resultado no es tan negativo como se podría llegar a pensar. También hay buena gente.
Casi a modo de ficha policial os cuento todos los incidentes sufridos en los últimos 7 años de fototrampeo y de los que ya acumulo unos cuantos (aviso: apunte largo). Algunos ya los conocéis, otros son más recientes y graves y no los he contado hasta ahora (sobre todo el último) Que cada uno saque sus conclusiones, pero ya os digo no todo en el monte son bandoleros:

1. Estreno con delincuentes rurales

Equipo: Cámara de fototrampeo estándar.
Año: 2014
Resolución: feliz
Sucesos: Mi primer robo sucedió en La Srra. de La Muela (como todos, claro) de Cartagena. Tenía dos cámaras de fototrampeo en un palmital bastante remoto y en varios años no he visto nunca pasar a nadie, excepto uno de los pastores habituales de la zona.
Llevaba moviéndome por allí un par de meses y en una de las visitas a recoger las fotos me llevé la desagradable sorpresa: una de las cámaras había desaparecido. Me fui a recoger la segunda. Aunque ya estaba seguro de que el pastor era el responsable (todo lleno de excrementos de ganado) las imágenes de la segunda cámara me lo confirmaron, no salía él pero si todos sus perros. Desmonté la segunda cámara y me fuí para su casa (la ventajas de conocer bien una zona es que también conoces bien a sus gentes).
Como un mafioso de tres al cuarto lo estuve esperando en su casa, todavía andaba por el monte. Al llegar lo saludé cordialmente y todo lo amable que pude le pedí que me devolviera la cámara. El negó todo y dijo no saber de qué estaba hablándole. Traté de convencerlo argumentando que prácticamente eramos los únicos que nos movíamos por determinada zona. Sin bajarse del burro seguía negándolo todo.
Entonces se me ocurrió el argumento definitivo: le enseñe la otra cámara y le dije algo como “esta otra cámara no la has visto! se la voy a llevar a la Guardia Civil y que decidan ellos!”.
Obviamente la cara le cambió de tal manera que las pocas dudas que pudiera tener sobre su responsabilidad se esfumaron. Me devolvió la cámara (que había escondido entre las rocas cerca de su casa) y se disculpó como buenamente pudo.
Pude recuperar la cámara en perfecto estado y un montón de grabaciones desde dentro de la mochila del pastor.
A mejorar: Para atar la cámara al tronco del palmito eliminé bastante hojas secas para despejar un poco el tronco. Si bien la cámara estaba razonablemente bien camuflada cometí la torpeza de dejar las hojas en la base del tronco con lo que llamaba mucho la atención desde bastante lejos. Para la próxima lo mejor es recoger los restos de la poda y dispersarlos por el monte.

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martes, 4 de agosto de 2020

Una de las cuestiones que más me ha intrigado desde que empecé a fototrampear en la sierra litoral de Cartagena ha sido (y es) la ausencia de ratones en nuestros montes. De hecho hay tan pocos que tardé mucho en darme cuenta de que había grabado casi todos los mamíferos y apenas tenía media docena de vídeos en los que se dejase ver un ratón (de cualquier especie). Habían salido ginetas, gatos, tejones e incluso ratas de campo y lirones caretos, pero ratones ni uno.
Mientras que para el resto de micro y mesomamíferos bastaba con poner la cámara y esperar a ver quien pasaba por allí, con los ratones no era suficiente este “fototrampeo genérico” o ibas a por ellos o no salía ni uno.
¿Podía ser una cuestión de tamaño? ¿Siendo más pequeños cabía la posibilidad de que pasasen por delante de cámara y esta no se enterase? Pues es una posibilidad. Pero como digo si había sacado “por accidente” ratas y lirones. De hecho me gusta poner las cámaras muy cerca del suelo por eso mismo, para asegurar que salen los pequeños que pasan cerca como los más grandes a cierta distancia.

Ratón moruno (Mus spretus)Ratón moruno (Mus spretus)

El caso es que me dediqué (y aún sigo) a poner cámaras en ubicaciones/condiciones/cebos específicamente pensados para estos micromamíferos y después de varios años siguiéndoles el rastro, he llegado a la conclusión del principio: hay pocos ratones en nuestros montes, casi diría ridículamente pocos.
Esto es muy llamativo si tenemos en cuenta que ratones y conejos suelen ser tradicionalmente la base de pirámide ecológica. Si la base de la pirámide es estrecha por fuerza la pirámide va a ser pequeña.

¿Cual es el mótivo? pues a falta de algún estudio que lo corrobore podemos especular. Personalmente sospecho que por su ecología la sierra litoral de Cartagena, extremadamente árida y rocosa favorece más a especies como lirón careto y rata de campo que a ratones (Apodemus silváticus y Mus spretus) mucho más propios de zonas herbáceas.
De hecho si hiciéramos un dibujo del biotopo ideal para buscar ratones (sobre todo Mus spretus, Apodemus en con diferencia mucho más raro) sería el de zonas de hierba y arbustos espinosos muy densos, intransitables, especialmente en laderas de umbría. Si nos subimos en la ladera hasta llegar a zonas abiertas de roquedos los ratones son reemplazados de forma fulminante por los lirones. Si nos bajamos hacia las ramblas son reemplazados por ratas de campo.
Pero este “biotopo ideal” se repiten en muchos sitios y en un 90% de los casos no hay ratones sino ratas de campo (especialmente cuando la vegetación contiene palmitos). ¿Porqué en un 10% de los casos las ratas no están presentes y sí lo ratones? pues sinceramente no tengo ni idea. ¿tipo de vegetación? El caso es que si cojo el mapa de la sierra de La Muela y marco donde he podido grabar algún ratón apenas necesito dibujar media docena de círculos y muchos de los cuales cuando he vuelto a buscarlos ya habían desaparecido.

El caso es que he encontrado una de estas ubicaciones en las que hay ratones, y además de los dos especies, compartiendo amigablemente territorio (y comida) y donde no he grabado ni un rata ni un lirón.

Llevo más de un mes grabándolos. Empecé con luz infrarroja que es mucho más tolerada y permite grabarlos sin los sobresaltos de la luz blanca.
Ahora que se han acostumbrado al equipo de fotografía y sus ruidos estoy cambiando para grabarlos con luz blanca y parece que empiezan a tolerarla relativamente bien.
Es un pequeño herbazal en mitad de una ladera donde comparten espacio al menos una pareja de ratones de campo y no menos de 6 o 7 ratones morunos.
Si bien los ratones morunos de la comparativa al final del vídeos son mayormente juveniles se aprecia una buena diferencia de tamaño entre ambas especies que habitualmente se suelen confundir.
El ratón de campo es más grande y robusto, con los ojos muy saltones y tiende a desplazarse a saltos (como un minicanguro). Los ratones morunos (idénticos a los ratones caseros) son más pequeños, “fusiformes” y aunque suelen brincar al mínimo sobresalto se desplazan sobretodo correteando, como reptando, sobre el suelo.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Recuerdo el primer fototrampeo que conseguí de Garduña (Martes foina) con bastante ilusión. Había logrado ya imágenes de todos los carnívoros de la Sierra de La Muela, gato montés, gineta, tejón… pero la Garduña se me resistía. Así es que me dediqué casi en exclusiva una temporada a tratar de localizarla. Me costó, pero cuando por fin lo conseguí se me escapó un “toooma!!” que me salió directo desde el estómago. Desde entonces procuro no perderles la pista.

Garduña con estrellasGarduña con estrellas

Son bastante más escasas que las ginetas, al menos en la sierra litoral, casi a nivel de gato montés y además son bastante esquivas, no dejándose grabar fácilmente. En cuanto se enciende una luz o se dispara un flash recelan y se largan. Suelen habitar roquedos bastante recónditos y de difícil acceso aunque se las suele culpar de destrozos en gallineros en zonas rurales.

Y ciertamente toda la tranquila y parsimonia que aparentan las ginetas en la garduña es justo al contrario. Son puro nervio. Hace ya tiempo que dejó de ser novedad llegar a la cámara y encontrarme los cables hechos trizas, en trocitos repartidos por el suelo.

Restos de batalla

El último todavía lo tengo por aquí esperando reconstrucción. El cuerpo de la Nikon tiene una esquina con restos de mordiscos. Han cortado la cinchas de nylon de las cámaras de trampeo varias veces. En una sesión de fotos reciente, volcaron el trípode con la nikon encima (que pesa un varios kilos) y también los cuatro trípodes de focos y sensor de movimiento, cortados varios cables e incluso cortado los cables de una batería Lipo (que debió darle un buen chispazo). Parecía que hubiera pasado Atila con sus caballos. Afortunadamente la vegetación amortiguó las caídas del equipo y no hubo mayores desgracias.

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