cerebro humano

Discutíamos ayer mi hermano Fidel y yo sobre nacionalismo, y estábamos de acuerdo en que somos de las personas que no nos importaría nada que mañana el idioma español desapareciera cediendo su espacio a otro idioma. El inglés, por ejemplo.
A muchas les parecerá una barbaridad lo que acabo de decir. Espero que a otras tantas personas no. Porque el idioma es una herramienta intelectual, localizada en una parte concreta del cerebro humano (área de Broca y de Wernicke), y como tal debe ser tratada: debe estar al servicio de las personas, no de determinados grupos políticos, como sucede ahora.
Yo, que me considero animal político, tengo muy claro, sin embargo, de donde vengo. Y vengo de una familia que ha padecido una guerra y una posguerra, provocada por auténticos patriotas (en más criminal de los sentidos) que han sido capaces de masacrar a sus hermanos y hermanas con tal de que su ideología y su poder prevalecieran. Derrocando por las armas un gobierno republicano democrático. Sometiendo a todo un pueblo a 40 años de miedo y robo, más una transición vergonzosa, en el que los asesinos son los que han acabado amnistiando a los asesinados. ¡Qué vergüenza!
Por no hablar del pasado colonizador del español.
Sí, ya sé que el idioma es un vehículo que transmite cultura. Sé que cuando un idioma desaparece, gran parte de la historia, de la vida, de la riqueza cultural de las personas que lo han hablado desaparece con él (loado sea dios por eso, en muchos casos). Pero también podemos fijarnos, si queremos, en la nueva vida que empieza… seamos optimistas.
No seré yo el que cante las alabanzas del inglés, qué va. Yo solo digo que quien pueda, quien quiera, defender, políticamente, su idioma -su pasado y su presente- que lo haga. Yo no puedo ni quiero.