Un timelapse es una secuencia de fotografías tomas a intervalos regulares y procesadas posteriormente para componer con ellas una secuencia de vídeo. Hasta ahí todo claro. El problema es que para que la secuencia de vídeo tenga cierta continuidad, suavidad y aspecto “real” hay cumplir una serie de requisitos. La exposición fotográfica y el control del balance de blancos en la cámara debe ser dispuesta en modo manual de lo contrario los continuos ajustes que la cámara haga entre fotograma y fotograma provocarán una película llena de “saltos” en la luz de la escena, algunos muy sutiles y otros auténticas verbenas de luces.
El verdadero problema es que incluso estableciendo estos controles en manual estos saltos de luminancia, por otras cuestiones, siguen apareciendo. Es raro que una réflex haga en idénticas condiciones 250 fotos exactamente iguales y que no “salten” al verlas en formato de vídeo (parece que este defecto solo afecta a las réflex no a compactas por lo que muy probablemente se deba a pequeñas imprecisiones del diafragma del objetivo, reflejos internos de luz en el visor, etc… ).
Es el llamado “flickeo” de un timelapse, pequeñas variaciones de luz entre fotogramas contiguos que provocan que el vídeo “parpadee” muy sutilmente resultando extremadamente molesto.

Herramientas deflicker

Para evitar este “flickeo” aparecen las herramientas de “deflicker“. Básicamente son script muy sencillos que toman la secuencia de fotografías (ojo fotos originales, no vídeo resultante) analizan la luminancia de los fotogramas con sus “vecinos” y la alteran para amortiguar estos saltos de luz. Sigue leyendo…