Espero, sinceramente, que el ministerio de Justicia a través de su Fiscal General ponga en su sitio a las familias católicas que están objetando a la aún no nata asignatura de Educación para la Ciudadanía.
Que a nadie le extrañe que un defensor, como es servidor, de los principios profundamente democráticos que subyacen a toda ley de objeción de conciencia exija que esos padres y quienes les jalean desde el PP sean puestos en su sitio, conforme la ley establece.
Objetores insumisos veinteañeros, a la sazón, fuimos llevados a juicio, Sigue leyendo…